La formación académica basada en valores es trascendental para la vida
laboral de las y los profesionistas, pues dan sentido y razón a su profesión.
Su cargo es más que una actividad que ayuda a obtener ingresos económicos, sino
que también hace referencia a la responsabilidad social que le compete.
“La profesión va más allá de una ocupación que permite obtener ingresos
y estatus sociales, puesto que en realidad es una práctica social que adquiere
su verdadero sentido y significado en el bien o servicio que proporciona a la
sociedad” (Adela Cortina, 2000).
El realizar una profesión no sólo implica obtener conocimientos sobre
las aptitudes y habilidades que la caracterizan, es fundamental conocer las
oportunidades que ofrece para encontrar soluciones a los conflictos que radican
en nuestra sociedad, así como mejorar la relación entre individuos.
La formación de las y los profesionales debe corresponder a valores,
tales como lo son el respeto, responsabilidad, tolerancia, integridad, lealtad,
honestidad, entre otros. Tal es su importancia que éstos determinan las
obligaciones y restricciones que conlleva cada profesión, estableciendo así una
ética profesional en la vida laboral.
“La ética profesional es una ética afirmativa porque detrás de sus
principios se encuentran los valores profesionales, por lo que le plantea al
profesionista, la posibilidad de ejercer su libertad y autonomía en la elección
y adhesión a los valores profesionales que le son propios” (Ética y valores
profesionales, 2007).
Para que existan futuros profesionistas comprometidos con el bienestar
social, es necesario que las instituciones de educación superior fortalezcan la
formación ética en sus programas de estudio, en donde los alumnos se relacionen
con aspectos éticos de su profesión, los cuales puedan aplicar a lo largo de su
formación académica, y de esta manera se enriquezca su práctica profesional.
Finalmente es importante recalcar que la ética profesional es parte
fundamental de la formación académica, ya que gracias a ésta se puede conducir
un ambiente laboral con base al uso de valores universales que influyan en la
toma de decisiones tanto para la vida laboral como personal, además de
contribuir al buen desarrollo de las sociedades.