En
México acceder a la educación superior aún es un reto, pues solo el 17% de los
personas de entre 25 y 64 años logran tener estudios universitarios. Esto
coloca al país en los últimos lugares con la proporción más baja entre los
países de la OCDE, cuyo promedio es de 37%, según el estudio Panorama de la
Educación 2017 de la OCDE.
El
estudio detalla que solo 1% de los mexicanos de ese rango de edad tienen una
maestría o equivalente, mientras que menos del 1% tienen un doctorado.
La
desigualdad de oportunidades, la poca cobertura educativa en algunas entidades
de la República Mexicana y las condiciones económicas, son algunos de los
obstáculos que afectan principalmente a los que buscar estudiar una carrera
universitaria.
Y
es que para nadie es novedad que estudiar una licenciatura, no importa cuál
sea, se necesita de mucho sacrificio por parte de los jóvenes y de sus
familias; algunos tienen acceso a Universidades privadas, pero muchos más
pelean por un puesto dentro de alguna Universidad pública y los que aprueban
los exámenes tienen un lugar y los que no, pierden la oportunidad de seguir
estudiando.
Muchos
jóvenes optan por luchar por alguna beca, pero no todos tienen la oportunidad
de que se la otorguen, y ahí es otra dificultad al momento de decidir a dónde
entrar a estudiar; en algunos casos, los jóvenes deciden trabajar mientras
vuelven a luchar por otra oportunidad, pero son pocos los que lo vuelven a
intentar.
Los
miles de estudiantes que logran entrar a una universidad, en su trayecto por la
universidad, se enfrentan a diversas condiciones, que pueden poner en riesgo su
estancia, desde lo económico hasta materias que no aprueban, pero también
pueden ser problemas familiares, embarazos, entre muchos otros factores.
Hay
muchos que desisten en esos procesos, y dejan sus sueños a un lado, para
atender esas situaciones, y no significa que esté mal, pero siempre quedará ese
sueño ahí que no se pudo cumplir.
Es
por eso que cuando un alumno, logra culminar su estudios universitarios, siente
que es una gran satisfacción, porque ninguno paso por la universidad sin
enfrentarse a situaciones que pusieron en riesgo su estancia en ella, pero la
perseverancia siempre prevaleció y eso tendrá siempre su recompensa.
Por eso, si tu estas
pasando por algún problema, no desistas de tu meta, pon todo tu esfuerzo, busca
alguna beca, alguna solución, para que puedas seguir estudiando, es algo que
nada puede remplazar, y algún día, no muy tarde, comprenderás que cualquier
sacrificio vale la pena por seguir estudiando.