Las
nuevas tecnologías han revolucionado y cambiado la forma de ver el mundo, por
lo tanto, se ha modificado la manera de comunicarnos.
Con
el surgimiento de las Tecnologías de Información y Comunicación a finales del
siglo XIX y gracias a la industrialización que emergía en el mundo, se dio paso
a nuevos escenarios para la transmisión e interpretación de información,
cambiando así los sistemas políticos, sociales y económicos.
Los
medios tradicionales y digitales contribuyen a transformaciones en los procesos
de comunicación, especialmente como canales afines de transmitir mensajes, pues
se han convertido en uno de los principales elementos para la emisión y
codificación de información.
Un
factor preocupante en el uso de las TIC y las nuevas plataformas digitales, es
la falta de conocimiento de los individuos sobre cómo utilizar correctamente
dichos medios, ya que es bien sabido, son medios masivos que tienen la
característica de llegar a diferentes públicos de manera rápida y fácil, por lo
que es importante tener un estricto control de su manejo, de lo contrario
pueden generarse problemas afectando al bien común.
Un
claro ejemplo está en el uso de las redes sociales, en que millones de usuarios
tienen acceso a compartir una gran variedad de información, además de
convertirse en creadores de contenidos, sin embargo, no siempre se maneja
correctamente lo que se difunde en dichas redes.
La
tecnología ha modificado la comunicación interpersonal entre los individuos,
para dar pasó a una comunicación impersonal, en la que el emisor y el receptor
no se unen de manera física, sino de forma digital a través de aparatos
electrónicos.
Es
fundamental ser conscientes que tanto los medios digitales como tradicionales,
deben de ser utilizados como instrumento para el desarrollo de las sociedades
por medio de mensajes que influyan a generar una sana convivencia.