Acoso Escolar

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Autor:Karen Pacheco
Fecha:2019-07-19
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En los últimos años hemos sido testigos como han aumentado los casos de suicidios de niños y jóvenes por causa de acoso escolar o mejor conocido como “bullying”, si bien sabemos que siempre ha existido, ¿Qué es lo que provoca que ahora sea tan fuerte que lleve a jóvenes a quitarse la vida? ¿Existen culpables del acoso escolar? ¿Hay maneras de prevenirlo?

Comenzaremos por definir el llamado “bullying”, la palabra es un anglicismo que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE), pero cuya utilización es cada vez más habitual en nuestro idioma. El concepto refiere al acoso escolar y a toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce en el ambiente escolar, de forma reiterada y a lo largo del tiempo.

Se presenta principalmente en niños o adolescentes, pero cualquiera puede estar expuesto a ser víctima de este problema social. El bullying puede causar lesiones físicas, problemas sociales y emocionales, e incluso la muerte.

 Los niños y adolescentes que son víctimas de este tipo de hostigamiento tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental, entre ellos depresión, ansiedad, dolores de cabeza y problemas de adaptación en la escuela. El bullying también puede tener efectos nocivos en la autoestima a largo plazo.

Los niños que corren riesgo de ser víctimas de hostigamiento tienen uno o más de estos factores de riesgo: son percibidos como diferentes por ejemplo, tienen sobrepeso, peso bajo, distinto peinado, ropa diferente o anteojos, o provienen de una raza/etnia diferente; son percibidos como débiles o incapaces de defenderse; están deprimidos, ansiosos o tienen baja autoestima; tienen pocos amigos o son menos populares; no socializan bien con los demás o sufren una discapacidad intelectual o del desarrollo.

Pero ¿Cómo detectar si alguien es víctima de bullying?

Los signos que pueden observarse en las víctimas de bullying son: depresión, soledad o ansiedad; baja autoestima, dolor de cabeza, dolor de estómago, cansancio o malos hábitos alimenticios, faltar a la escuela, no gustarle ir a la escuela o tener un rendimiento más bajo que el que tenía antes; conductas autodestructivas, como escaparse de la casa o hacerse daño a sí mismo; pensamientos suicidas o intentos de suicidio; lesiones sin explicación; pérdida o daño en ropa, libros, dispositivos electrónicos o joyas; dificultad para dormir o pesadillas frecuentes; pérdida abrupta de amigos o evitar situaciones sociales.

Para prevenirlo es necesario de la cooperación de padres, profesores y alumnos para crear un ambiente seguro y enriquecedor en el que todo el mundo se sienta bien mientras aprende. Por ello, todos deben de evitar comportamientos agresivos y palabras malsonantes; fomentar valores como responsabilidad, cooperación, solidaridad, humildad; ser tolerantes con las personas y sobre todo mostrar respeto por la diversidad.

Es un problema muy grave, pero existen muchas maneras de luchar contra él, lo que debemos tener en cuenta es que somos más los que queremos un entorno mejor y solo se necesita voluntad para poder erradicarlo.

Si conoces a alguien que es víctima de bullying, acércate a las diferentes estancias en la universidad para atender el problema y con ello, ayudar a que las personas que son más vulnerables sientan el apoyo de la comunidad estudiantil.